4/25/2006

Presentaciones

Imagino que esto empieza con una presentación:

Pues bien, (se supone que) soy una persona madura (?) de casi 28 años, aunque totalmente desquiciada y neurótica (el primer calificativo será aplicable por lo menos de momento, y durante lo que se prevé vayan a ser los próximos meses; y el segundo es crónico por lo que no tiene solución), que hará cosa de un mes y medio (casi dos) se trasladó a Madrid a trabajar (10 horas al día) en principio durante un mes únicamente (y parece que acabará llegando a junio en el mejor de los casos), buscando una mejora tanto personal como profesional (¡viva la ambición!); y que además acaba de cambiar de domicilio en Barcelona (inducida de forma totalmente involuntaria, pero qué se le va a hacer), tras haber aprendido que la vida en pareja no es la octava maravilla del mundo (por lo menos, no con según quienes).

Bueno, decir que salvando mi neurosis, mi estabilidad emocional que roza lo volátil (mi mejor amigo dice que vivo en una montaña rusa emocional), la ambición (y una codicia insana), una capacidad (razonablemente) elevada de contenerme antes de explotar y aniquilar a cualquier ser viviente que me moleste, y mi elevado pragmatismo y sentido capitalista, soy una de las personas más agradables, simpáticas y maravillosas del mundo (sí, en serio, de verdad).

A pesar de estar trabajando en algo relacionado con el mundo financiero, y acostumbrada a que por consiguiente se espere de mi que tenga hobbies serios como no sé, jugar a petanca, hacer punto de cruz y ser fan incondicional de algún equipo de polo, salí rana y en mis ratos libres me encanta jugar en MMOPRG’S (¿mande?), juegos online masivos de rol playing, como podría ser (¡un, dos, tres, responda otra vez!) Worlf of Warcraft. En sus orígenes jugaba a algo que se llamaba MUD, totalmente viciante de hecho (tipo de juego online de modo consola que necesita un terminal telnet para quedarte enganchada durante horas y horas y horas delante de la pantalla, sin gráfico alguno, donde la imaginación es la herramienta imprescindible).

Para quitarle un poco de temor al asunto (por aquello de la vinculación jugador de rol/katana) decir que no: no he matado a nadie con una espada (a pesar de que duermo con ella bajo la cama, y no será por falta de ganas) pero entiéndanme: es políticamente incorrecto y lo que es peor, está penado por la Ley (por lo menos a estas alturas del siglo, y en este rincón en concreto del mundo. No dudo que en algún país remoto de África o Ásia pueda ser algo totalmente normal –aunque probablemente sea más frecuente si cabe en estados Unidos, no descarto esta última posibilidad-).

También soy una cruza de ratón de biblioteca, me encanta leer, especialmente fantasía y “algo” de ciencia ficción (donde “algo” == Orson Scott Card), aunque últimamente me estoy decantando por leer también novelas históricas y/o biografías relacionadas con Asia oriental especialmente, y comics de todo tipo (americano, europeo, manga e independiente).

La única forma socialmente aceptable y libre de culpas (compro la carne en el mercado) de utilizar una herramienta punzante y/o cortante, la he encontrado en la cocina: ese fantástico refugio femenino donde se esconden maravillosos tesoros (la mayor parte de ellos elaborados a base de cacao, o harina, azucar y mantequilla en su defecto).

En mi entorno todo el mundo sabe que la siguiente ecuación es muy importante:

Yo + Mal Humor + Cuchillo + Mirada Asesina = Déjame tranquila en mi cocina

Así que al menos en esos momentos disfruto de la paz en un cubículo de 6 metros cuadrados (o algo así) que debe ser una versión en miniatura del hábitat natural de Karlos Arguiñano (reconozco que incluso hay días que se me pega aquello de los chistes malos).

Para quien pueda pensar que soy un muermo, decir que no.

Me gusta mucho ir al cine, y tengo la firme intención de en adelante ir más al teatro y ver más musicales. Fuí a ver Cats a Madrid y me encantó.

A pesar de las apariencias me encanta salir a bailar (cosa un tanto difícil últimamente porque tanto ajetreo Madrid-Barcelona me lleva loca), y para mí, nada mejor que el house, el trance y el progressive para desfogarme (increible, ¿eh?, ¡alguien hubiera esperado que fuera heavy-metal tras leer todo lo anterior!), aunque no por eso ando peleada con otros tipos de música.

Me gusta escuchar también ritmos latinos (salsa, samba, merengue,...), y estoy planteándome seriamente apuntarme a clases de baile. Así por lo menos hago deporte y me entretengo sin pisar el gimnasio (detesto los enjambres de entes en trajecitos chillones que más que hacer deporte estorban en el medio del camino cuando tú intentas hacerlo). En mis tiempos mozos practiqué artes marciales durante la friolera de 12 años. Había pensado volver a ello, pero ahora mismo no me apetece mucho, la verdad.

En cuanto a mis relaciones con el ecosistema global, me encantan los animales, especialmente los gatos (una prueba fehaciente de que soy buena persona: las buenas personas cuidan de los animales).

Si bien la gente en general (y algunas personas en particular) persisten en decir que son animales egoístas y solitarios, tras 27 años de convivencia creo que quienes insisten en tales afirmaciones no han tenido muchos felinos en su vida.

Con ellos comparto mis ratos de lectura, estudio (sí, a pesar de haber acabado hace años Empresariales, sigo estudiando buscando nuevos conocimientos con los que adquirir cultura general. Por lo menos es un tiempo bien empleado e invertido en mí misma), juegos y bueno, en fin, la vida misma. Los gatos son parte de la familia, ya saben: como los amigos, la familia siempre está ahí a tu lado.

Bien, tras una lectura rápida de estas breves líneas introductorias, diría que me ha quedado una presentación bastante decente y fiel a la realidad, y con esto me despido hasta el siguiente post.

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