5/06/2006

La fecha de caducidad y otras vicisitudes de la vida

Visto lo visto, estos días que me dedico a hablar vía móvil con la gente, porque internet para ocio lo tengo a ratitos, estamos tratando (cómo no) el apasionante tema de las relaciones de pareja.

Cuando yo tenía unos quince años, en aquellos momentos que pensaba que a los veinticinco ya estaría poco menos que casada (me remito al post número dos), me imaginaba que a los 25 o así estaría curada de la enfermedad de la soltería y que, como si de pasar las paperas se tratara, al tener pareja (de las buenas) ya no me tendría que preocupar de los asuntos de buscarme media naranja.

Bien, hoy por hoy tengo que decir que después de la mentira que te cuentan de que a los 20 los granos se te van porque se te tranquilizan las hormonas (otra mentira), lo de la vacuna contra los cambios de pareja, también resultó ser algo totalmente falso.

Es más, hará cosa de no sé, 4 años quizá, estaba sentada un domingo por la mañana con mi madre, después de pasear por el Mercado San Antonio, en una especie de poupourri de restaurantes de comida rápida llamado (en aquel momento) "La Ronda".

Encontramos una mesa cerca de las ventanas que dan a la calle (creo que es) Casanova, cuando toca a Ronda San Antonio.

El caso es que ahí en la mesa de delante había un cúmulo de mujeres de avanzada edad (comunmente llamadas yayas) que estaban platicando. Bueno, las féminas somos cotillas por definición, y el ser humano es de curiosa naturaleza, así que eso me excusa para confesar que nos quedamos escuchando conversación ajena.

Para mi asombro, estaban hablando de los hombres O_o

Ahí teníamos a las señoras: la más joven rondaría los 70 años de edad, hablando de que no los entendían, de que fulanita se había quedado viuda, de que menganita estaba sola... Y me quedé pensando que visto lo visto no importaría los años que tuviera: los hombres iban a ser tema principal de conversación por muuuuuuuuuuucho tiempo (a menos que me haga lesbiana, en cuyo caso lo serán las mujeres, pero llegado ese momento espero entenderlas mejor que a los otros, y tener tiempo para conversar de otros temas más interesantes con l@s amig@s...) hasta el punto de que será probable que me muera y no entienda a los XY (a ver: es "probable" lo segundo, que me muera, es inevitable).

De todas formas, a pesar de todo lo que pudieran decir esas buenas señoras de sus maridos, algo durante su juventud a entregarse a la vida matrimonial, y aún hoy es posible ver a ancianitos cogidos de la mano (aunque algunos sean -tiempo después- noticia de primera plana en medios informativos porque se han matado entre ellos).

A mí, personalmente, me producen envidia (pero envidia sana y de la buena).

Ya me gustaría encontrar a alguien que me aguante durante tanto tiempo...

Una de las ventajas de tener un mejor amigo médico, es que está siempre a mano si te pasa algo. Es tu 112 particular. Por otro lado, una de las desventajas de que tu mejor amigo sea médico es que te chafa las series estilo CSI (como ya mencioné en alguna ocasión), y que además te contagia plantearte la vida teniendo en cuenta factores muy biológicos.

Como me imagino que ya se irá dando a conocer con el transcurso del blog, soy muy dada a meditar sobre temas de interés general como la inmortalidad del cangrejo. Cuando eso se me acaba, me pongo a meditar (para desgracia de algun@s) sobre otros temas. Uno de mis favoritos es mi "estudio estadístico sobre mis probabilidades de encontrar al hombre perfecto en un espacio tiempo acotado y definido como el Barcelonés en los próximos 30 años" y el otro es "porqué debería asustarse un hombre cuando le dices que quieres pasar con él el resto de tu vida".

El primero, se merece un post propio (no es por egocentrismo).

El segundo lo explico a continuación.

Por cierto, reitero que mis amig@s son increíbles, porque hemos hablado de estas cosas mil veces, y durante horas y horas... Y visto escrito, madre mía... Es como que te digan que te tienes que leer una tesina de mínimo 50 páginas... Bueno, me siento un poco más tranquila: si un día se me da por cursar sociología o psicología, tengo media tesis hecha presentando el blog.

A lo que íbamos: analizando el tema de "el resto de tu vida" seriamente... No es de extrañar que a más de un@ le de la sarna.

Quizás ese "alguien" se ha puesto a considerar -como yo- que nuestra esperanza de vida para cuando se nos acabe el contrato que nos tiene unidos a este lado de la superficie de la tierra será de unos 100-105 según algunos estudios...

Y quizá haya tenido en cuenta el hecho de que empezamos a tener relaciones sentimentales (que por lo menos las mujeres esperamos sean fructíferas) a los 15 o 16 años, y entonces habrá llegado a la conclusión de que con todo ello, cuando le decimos a alguien que queremos que pasen el resto de su vida con nosotros, estamos implicando que:
  • Queremos pasar junto a esa persona nuestros próximos 90 años
  • Que viene a ser lo mismo que nuestros próximos 32.850 días (sin tener en cuenta los años bisiestos)
  • O -partiendo de la base que la media 105 años, y empieces a los 15, siendo 15 un séptimo de tu vida- las seis séptimas partes de tu vida.

Ante estas tres formas de verlo, puedo entender que resulta aterrador para es@s pobres animalit@s.

A mí personalmente, me gustan las dos primeras. Pero si tuviera que decirle a alguien que quiero pasar con él el resto de "los "numero" "año/dia" de mi vida", eligiría la de los días, porque para llegar a la conclusión de que hablamos de 90 años, estamos implicando que el especimen en cuestión goza de un buen cálculo mental (lo cual está en franco desuso en estos tiempos). Evidentemente, se daría cuenta de que son unos cuantos años, pero no creo que llegara a pensar en cuántos implica realmente.

En cambio, no emplearía la versión "las seis séptimas partes de mi vida", porque eso nos asustaría a los dos: a él por el número y a mí por una cuestión trascendental: ¿Cómo le voy a decir a alguien que quiero pasar las seis séptimas partes de mi vida, cuando habiendo vivido solo quince años no me voy a conocer ni yo? Igual ni yo misma quiero aguantarme 90 años más... Por lo tanto, ¿y yo qué sé si querré aguantarle/a a él/ella?

Vamos, que visto así, normal que las relaciones tengan ahora una caducidad, cuando empezándolas a eso de los 25, tienes años de vida para llegar a las bodas de oro tranquilamente, y con suerte (no sé si de la buena o de la mala) a las de diamante (el próximo filón de las agencias de viajes y los geriátricos de lujo).

Por otro lado, creo (y con esto quiero decir únicamente lo que he dicho: "creo" -que implica que es "mi" opinión-) que el papel de la mujer ha cambiado bastante (al menos en España) y que la tendencia es a la igualdad. No quiero hacer un manifiesto feminista ni mucho menos. Simplemente, indico que es una tendencia y es real. Hoy en día, las mujeres podemos trabajar, tener un buen sueldo y pagarnos un piso y los caprichos. Somos más independientes.

Por otro lado, hay que admitir que la tecnología es fantástica y que hay grandes avances que facilitan mucho la vida del hogar: neveras (que pueden hacer la compra ellas solas), hornos (con temporizador y todo tipo de programas para que no se queme la comida), microondas (con el fantástico programa de descongelado de comida "ideal para singles"), robots de cocina (que te preparan la comida mientras no estás en casa), lavadora, secadora, y mil cacharros más. Ahora ya no necesitamos a "mami-chacha".

¿No es fantástico?

Chicas con dinero, y hombres con electrodomésticos.

Y aquí se murió la relación entre Ceniencta y el Príncipe Azul (a ninguna de nosotras nos cuentan que pasó con Cenicienta después de que se va en la carroza).

Así que se acabó eso de la mujer que estaba con un hombre porque no tenía estudios, ni posibilidades de conseguir un trabajo que le permitiera vivir sola.

También se acabaron otras cosas, no nos vayamos a pensar: se acabó el hombre que necesita una chacha porque trabaja todo el día y no tiene tiempo de llevar la casa (estoy obviando lo del polvo, porque a fin de cuentas, la mayoría acaban liados con otra fuera de casa, lo cual pueden hacer tanto casados como solteros y tener su polvo).

¡Viva la independencia (de hombres y mujeres)! ¬_¬'

Así que... Ahora viene lo jodido...

Hoy en día sí que es dificil encontrar alguien "para siempre".

Porque encontrar un compañer@ es MUCHO más difícil que encontrar una Visa o una chacha, ya que lo que estás buscando no es alguien que te mantenga ni te ordene la casa, sino una persona que sea afín a tí, con unos gustos e intereses parecidos o complementarios, con su buen nivel cultural, solvente económicamente (no necesitas una sanguijuela que se chupe tu sueldo, necesitas alguien para compartir los gastos de la hipoteca, que hoy en día están por las nubes, y el gasto que supone la descendencia, porque es carísimo tener hijos), alguien con quien compartir tu tiempo libre, que os sirváis de apoyo en los momentos difíciles, y puedas mantener unas sanas relaciones sexuales (eso sí, sin dejar de lado las demás facetas de tu compleja vida: la familia, los amigos, los estudios, el trabajo, el gimnasio, la discoteca, las mascotas, y qué sé yo... Ah si: tu ración periódica de libros de dragones, y tus vicios a juegos on-line).

Vamos, alguien del estilo de tu mejor amig@ (con quien además compartes la cama).
Y si ya es difícil encontrar buenos amigos (siendo muy optimistas, de todas las personas que llegas a conocer en tu vida que sin escandalizarnos quizás son tranquilamente 10.000 y me quedo corta, amigos de verdad son una docena (una proporción paupérrima), y "mejores amigos" quizás 3 o 4 de ellos), vamos, encontrar una pareja... Ya no te cuento.

Y lo que es (peor) mejor: como ya no dependes de esa persona, puedes largarla a las primeras de cambio cuando algo te parece que no va bien (tengo que decir al respecto que creo que nos volvemos mucho más egoistas e intolerantes también en todo este proceso).

Lo que nos lleva a la conclusión más que inevitable, de que las relaciones (como toda cosa viva) tienen fecha de caducidad, y quizás debería ser realista y plantearme seriamente eso de que no voy a encontrar alguien con quien pasar mis próximos 77 años, si no que a lo sumo, cuando diga "el resto de mi vida" me estoy refiriendo a los próximos 5 años (con contrato renovable).

Por dios, ¡si hasta los alquileres dejaron de ser indefinidos para pasar a ser quinquenales!

¿Es que ahora tendremos que hacer matrimonios renovables cada cinco años también?

Jum ¬_¬'

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buf. ¡Lo he leído entero! (Tenía que decirlo o reviento xD).

Yo diría que lo mejor es dejar que las relaciones fluyan por sí mismas. Si pretendes poner demasiadas esperanzas en ellas, como puede ser un "para toda la vida" que no surja por sí mismo, acabarán por ahogarse sin remedio.
Pero bueno... no sé para qué hablo. Si yo de esto apenas sé nada... u_u

Ysondra dijo...

Jajajaja!

Felicidades, te mandaré tu gallifante por correo xD

No sé, tengo dos o tres días de reflexión para pensar sobre el tema parejil xD. Tengo la cabeza como un condenado bombo xD