8/07/2006

Libre Albedrío



Wikipedia (
http://es.wikipedia.org/wiki/Libre_albedr%C3%ADo)

El libre albedrío es la creencia de aquellas doctrinas filosófales que sostienen que los humanos tienen el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. (El concepto ha sido extendido en ocasiones a los animales y a la inteligencia artificial de las computadoras). Dicha creencia ha estado apoyada como importante en juicios morales por muchas autoridades religiosas y criticadas como una forma de ideología individualista por escritores tales como Baruch Spinoza y Carlos Marx. La frase es usada comúnmente y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad.

El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas y científicas. Por ejemplo, en la ética, puede implicar que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que la mente controla algunas de las acciones del cuerpo. En el reino científico, el libre albedrío se puede concretar que las acciones del cuerpo, incluyendo al cerebro, no son determinadas enteramente por la causalidad física.

****

Sigo pensando, cuando a veces las cosas se me tuercen un poco y me quejo, que es de puro vicio, como siempre.

Hace nada, Superjefe me dijo que me daba 4 días de vacaciones, y que a partir del pasado lunes, no hacía falta que viniéramos por la tarde. Eso me deja con todas las tardes de agosto libre.
Pensamiento de t= 0s tras oír la noticia: “¡Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! ¡Biennnnnnnnnnnnnnnnnnnn! ¡Tardes libres! ¡Guay!”

Pensamiento de t=3s: “Bien… Tardes libres… Pero… ¿Y para qué?”

Tantos años sin tardes libres, tanto tiempo deseando más tiempo (valga la redundancia) para mí, y en el momento que me lo dan… La vergonzosa realidad es que no sé qué hacer con él. Así que el lunes por la tarde, después de las 15:00, cuando la empresa me dio el visto bueno para irme a mi casa… Me encontré con que no tenía ni idea de qué hacer, a dónde ir, ni a quien llamar.
Así que, bueno, como pasa siempre en estas circunstancias, acabé dando tumbos por la Illa, y después me fui a casa, llamé a un amigo y me fui a dar una vuelta.

Tengo que decir que durante el transcurso de la tarde, me di cuenta de una cosa importantísima, que no habría pensado jamás que me fuera a pasar por la cabeza: no tengo intenciones de dejar de hacer nada que me plazca por nadie. Y eso incluye algo tan estúpido como dejar de ir a las rebajas a ver una tienda de Mango.

Me cabreé lo indecible, porque yo quería ir, mi acompañante puso cara de ni en broma, tras lo que se me pasó por la cabeza decirle “pues te vas tú a ver tus cosas y yo a ver las mías, y quedamos luego –o no-“. Pasa que la prudencia me indicó que estaba más guapa calladita, y que precisamente cuando estás ofuscado no es el mejor momento para mantener una conversación, fría y calmada con nadie. Así que me callé, tomé nota mental, pensé “yo contigo, es que no saldría ni en pintura”, y un momento de compras por Gigamesh me alegró la tarde.

Adquirí los comics de Dabel Brothers de “Wyrms” y “Magician Apprentice” 1 y 2.

Bueno, la verdad es que la tocada de cojones empezó a primera hora de quedar con esa persona, cuando dando una vuelta por Fnac me dijo: “¿Y para qué quieres ver nada? ¿Con qué dinero lo vas a pagar?”. Y ahí ya entré en bk3. Pues lo pago con el dinero que me sale de la XXXXX, y si no me queda pasta, siempre está el recurso de la prostitución. En cualquier caso, son mis compras, son mis hobbies, es mi pasta, y me la gasto como quiero.

Es que consejos no me da ni mi padre. Mi padre hace “comentarios”.

Acabé en el caber, esperando que llegara Grunttt, para ir a dar una vuelta y pasear y pasear y pasear, que es lo que hace que me calme (sin contar lo de romper todo lo que se me pone delante).

Anyway. Eso fue el lunes.

El martes, fue algo más tranquilo y llevadero. Nuevamente, tarde de paseos con Grunttt, charla sobre las vicisitudes varias de la vida, y sobre lo jodido que es tener ese tiempo que siempre quisiste para ti, y darte cuenta que no sabes qué hacer con él. Acabé de ver el “Club de los Poetas Muertos”. Y empecé “Cómo perder a un chico en diez días” y ahí la dejé.

El miércoles, “uséase”, ayer, limpieza de la casa, intento de seguir con “Cómo perder a un chico en diez días” y la cambié por “Novia a la Fuga”.

La verdad es que, a pesar de todas mis reivindicaciones, no consigo quitarme de encima el “modo gallina on”, que me hace escaparme de cualquier tío más o menos decente que se me acerca. Cada vez que conozco a alguien así guay… Un resorte salta y me hace huir de la persona desesperadamente. Y ya da lo mismo lo guay que sea, que no fume, que no beba, que sea culto… Me da igual… Es la sensación esa de querer huir, no saber a dónde, pero tener muy claro que quieres un huequito para esconderte. Abrumadoramente estúpido.

Espero que se me pase en algún momento antes de no sé… La próxima glaciación y deshielo.


El primer día que se me dio por meditar seriamente a cerca de qué pasa cuando te dan libertad para hacer lo que te viene en gana y puedes elegir… Fue en un sitio tan tonto como el restaurante donde desayunamos muchas veces, cerca del trabajo.

Es un lugar que me enseñó un compi, y que por 2,85 te sirven el bocadillo que te viene en gana, bebida y café por 2’85€. Un chollo.

El primer día que pregunté qué había, la mujer me dijo: “de todo, lo que tú quieras”. Y creo que sufrí un “compilation error”, y mi cerebro se quedó todo tirado esperando un reset. ¿Y yo qué sé lo que quería? Lo primero que pensé es: “dame la carta, enséñame todas las posibilidades”. Pero no tenían carta y ella no se acordaba de todo.

Así que bueno, tuve que tomar la decisión con una información sesgada y deficitaria.
Un mes más tarde, para evitar que los clientes les hiciéramos ir locos, que prepararan 30 bocatas distintos, con sus consiguientes permutaciones de bocataUtipo_bebidaUtipo_café, redujeron la combinación a 3 o 4 bocatas fríos al día, más tres o cuatro calientes, más bebida y café.

Cuando ya nos acostumbramos a eso, viene una compañera a desayunar un día con nosotros, llegamos al bar, y nos dice la camarera “como hoy no hay nadie, podéis coger lo que queráis”. Y se produjo otra vez el estrés momentáneo de “dios mío, dios mío, ahora qué elijo”.

Nada.

Por más que digamos, a más posibilidades, a más diversidad a la hora de elegir… Peor, más tiempo tardas, porque quieres más y más información para tomar la decisión correcta, y más lapsado te quedas decidiendo. Aunque, ojo: ya me está bien.

Es solo que no me había puesto a pensar en ello antes.

No hay comentarios: