3/21/2007

No hay dolor...

… El dolor es la pequeña muerte que mata la mente.


Pensando: Dios mío... No puedo con mi alma =_(

Madre mía… No me lo creo ni yo.

Puedo decir que ya llevo tres semanas de gimnasio, y aunque las dos primeras eran bastante Light, esta ya empiezo a notar que me duele todo… Hasta partes del cuerpo que pensaba que no tenía…

No tengo derecho a quejarme, porque pago para que me hagan sufrir y me pongan en forma xD, pero la verdad es que estoy muy contenta y pienso que el dolor trabaja para mí.

Para quien se piense que en la sala de máquinas (aun no me atrevo a pisar las de aeróbic), solo se hacen pesas… ¡ERROR! Me han puesto a hacer unos ejercicios con una cosa que se llama Bosu, que es como media pelota… Que vamos… Casi todo de equilibrio.

Lo peor es que para intentar hacerlo bien, me pongo delante del espejo, para vigilar de no doblar mucho la espalda, que después me duelen las lumbares… No puedo con ello: me pongo a reír nada más verme. Porque pongo cada cara de sufrimiento… Que quien me mire seguro que se parte también.

Sinceramente, tengo que reconocer que me da mucha vergüenza mirarme en un espejo. No entiendo muy bien porqué. No me pasa cuando me peino y eso… Pero verme de cuerpo entero, haciendo algo tan ridículo como equilibrios encima de esa media pelota… Me provoca la risa… Y claro, lo peor es que me veo riendo y es un bucle.

Reírse y mantener el equilibrio, son cosas incompatibles.

Por otro lado, me he dado cuenta que el equilibrio tiene mucho que ver con la forma física (ya, gallifante para mí). Pero como nunca me había ejercitado no me había parado a pensar en ello.

Me cansa mucho según qué ejercicios, porque los músculos no tienen la fuerza necesaria ni el aguante, para soportar esos veinte segundos con una pierna en el aire, o lo que sea.

Así que supongo que poco a poco iré mejorando.

Por otro lado, mentiría si dijera que no me está sirviendo para nada. Hace semanas que duermo de coña y que no me duele la espalda ni las cervicales por estar sentada diez horas en una silla de la oficina. Y eso solo, ya es un gran progreso. Pero cuando me miro al espejo, y no me río pienso… Joder, qué buena que estoy xD

También estoy contenta con la piscina. La semana que viene tengo mi cuarta clase y se notan mucho los progresos. Me sigo cansando cuando nado, pero empiezo a aguantar más, y a defenderme en diferentes estilos. Calculo que para octubre ya lo tendré bastante dominado.

Y por otro lado, tengo planes de vacaciones para Semana Santa ^^

Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii *^-^*

Vacaciones en Semana Santa en Gandía, cuatro días en la playa, con 4 desconocid@s y un conocido (o algo así, más bien yo le llamaría “mártir” xD).

Debe ser la época de autoinvitarme, porque el año pasado por estas fechas ya me estaba autoinvitando a la Fórmula Uno… Y este año me autoinvité a un apartamento en la playa. Será el efecto "primavera".

Sinceramente, por el precio está genial, y ya tengo los billetes reservados. Ahora solo me queda recogerlos al salir del trabajo ^^

No tengo grandes planes para esos días, más que nada marmotear, ver la tele, salir a la playa, leer libros y cotorrear un rato haciendo vida social. Recargar pilas, que se dice =)

Porque la verdad estos días entre el trabajo, el gimnasio y el WoW, ya no puedo más. En serio: el gimnasio me agota.

Primero pensaba que era un problema de falta de sueño provocado por irme a dormir a las dos de la mañana después de una sesión intensiva de WoW (¡hoy no me voy sin haber subido a 53!)… Pero llevo dos días durmiendo más o menos pronto y no hay manera. Simplemente mi cuerpo que me pide paz.

A parte de esto de Gandía, que surgió de la nada, tengo un par de viajes pendientes que espero poder hacer estos meses en los que tengo la agenda disponible.

Me hace ilusión irme unos días a la playa *^-^* ¡Kyaaaa! *^-^*

Es el primer viaje que hago en siglos, por mi cuenta.

Hay que disfrutarlo *^-^*

Además, me dijo Nashiel que ella igual también se pasa unos días por Gandía, de manera que podremos ir a romper pistas por allí, que mis próximos planes oficiales de baile son para julio, en el Summercase de Barcelona. Siempre me han comentado que está muy bien, así que este año podré verlo por mí misma ^^

Me da que hoy es otro de esos días de dormir pronto =_

(Ánimo yo, tengo que subir a 53, ánimo)

Manual rápido para el cuidado de su gato en vacaciones

(c) Roman Gunyavy


Estimado señor, aquí le dejo unas cuantas instrucciones que se serán de utilidad para el cuidado de su felino (temporal) durante esta Semana Santa.

Ante todo, darle las gracias y premiar su coraje por haber tenido la buena voluntad de adoptar nuestra fierecilla en esos cuatro días que quizás se le lleguen a antojar eternos.

Este que le dejo, no es un gato “chic”, ni “pijo”, es simplemente: raro.

Partiendo de esa premisa, lo entenderá todo con mayor agilidad. Verá que tiene hábitos curiosos para un felino, como la lectura. Quiere hacer creer que sabe leer. Ante tal situación, Ud. lo deja con su libro y el mishino, tan feliz.

También gusta del agua, pero no de que lo lancen a ella. Caso de ir a la playa, espere a que se meta en el agua por propia voluntad. Padeció traumas infantiles con un río.

El gato le será remitido por paquetería Express, mediante tren y arribará a la estación de Valencia en la mañana del jueves 5 de abril, a las 10.00h. Es suficientemente inteligente como para llegar a la localidad de destino (Gandía) por sus medios). No obstante, sería una crueldad dejarlo cargando con su ajuar (lleva en su/s maleta/s todo lo imprescindible para su estancia).


Hábitos diarios:

El gato no es alérgico a ningún tipo de medicamento, ni padece enfermedades graves, ni tipo alguno de alergia. Está sano y fuerte como un roble. Se lo entregamos en perfectas condiciones y esperamos lo devuelva en el mismo estado: sin chichones, ni arañazos, ni traumas psicológicos.

Duerme aproximadamente ocho horas al día, a veces más, a veces menos, y de tanto en tanto gusta de echarse la siesta. No molesta por las noches, y que hayamos observado no ronca, ni es sonámbulo. Aun así, nos consta que a veces habla solo cuando duerme.

Si se despierta antes que los demás por la mañana, suele estar delante de la televisión, viendo dibujitos animados, o leyendo un libro. En muy extrañas ocasiones, cocina (ya le advertimos que era un gato “raro”).
Es muy plasta y habla mucho, eso ya se lo adelanto. Dicen que es capaz de hablar incluso debajo del agua, pero no hemos hecho la prueba todavía. No descartamos hacerla en un futuro no muy lejano.

Si por cualquier cosa se cayera al agua, no sufra, sabe no hundirse. En la actualidad está apuntado a clases de “no hundimiento” profesional.

Es muy friolero y acusa las bajadas de temperatura.

En cuanto a sus hábitos nocturnos, le encanta salir de noche, si es a bares musicales con música de pachangueo, pero especialmente dance.



Hábitos alimenticios:

Podríamos decir que es “sibarita”, pero vamos a dejarlo en “excéntrico”.

No ingiere lácteos, a excepción de:

o Flanes de huevo con bizcocho de miel, marca Reina
o Queso de oveja muy curado
o Queso parmesano (en cantidades industriales)
o Queso Gruyere en barra (para sándwiches)
o No toma yogures, ni natillas, ni otras porquerías del estilo.

Frutas y verduras:

o No es especialmente amante de las verduras, no obstante tolera: alcachofas (al horno), lechuga, tomate, maiz, remolacha (en cantidades industriales, natural y sin vinagre), zanahorias, guisantes, y alguna que otra cosa más.
o No come: endivias, ni escarolas, ni alcaparras, ni alimentos con deje amargo.
o En cuanto a frutas: fresas, manzanas (starking, no ácidas), plátanos, kivis, mandarinas (alguna vez), uvas (preferentemente moscatel).
o Le gustan las ensaladas de patata (patata, remolacha, atún, maíz, huevo y mayonesa; patata, perona –judia verde larga-, huevo y mayones).

Carnes:

o Ternera únicamente. No buey, no caballo, no cosas raras.
o Pescados: come en pocas ocasiones. Amante del atún en conserva de oliva (marca Cuca). Le gustan los calamares a la romana o a la plancha con ajo y perejil (menos las patas).
o Mariscos: come alguna vez que otra, especialmente le encantan las tallarines a la plancha

Otras peculiaridades:

o Aborrece el vinagre, en las ensaladas utiliza limón en su defecto.
o Adora los dulces y el chocolate con leche (no chocolate negro, ni blanco).
o Ketchup preferentemente Heinz. No toma mostaza salvo raras ocasiones.
o Especialmente amante de la comida italiana.
o No bebe Pepsi, solo Cocacola.
o No toma agua con gas
o No toma alcohol
o Le gusta el pan bimbo
o Solo come mayonesa preparada por él mismo



Habilidades extra:

Nuestro gato tiene aficiones extrañas y se define a sí mismo con lo siguiente:

  • +2 a carisma

  • +2 a adormecer con verborrea

  • +2 a cocina

  • +2 a fiesta nocturna en garitos decentes

  • -3 a bebidas alcohólicas

Para más detalles, contactar con la dueña.

Muchas gracias por su amable ofrecimiento de hacerse cargo de nuestro gato en estas vacaciones, y que Dios le ampare.

P.D.: Un buen trozo de chocolate a tiempo, cura todos los males.

3/14/2007

No puedo perdonarte

(c) Enayla - Linda Bergkvist

Y creo que tampoco quiero.

Te diría que lo siento, pero no sería verdad en absoluto. No puedo perdonarte, ni lo siento tampoco.

Jamás entenderé el porqué de las mentiras, en su mayoría gratuitas.

Me has dado los mejores años de mi vida, pero ahora mismo siento que gran parte de ellos han sido una quimera.

Me has ayudado muchas veces, y has estado siempre a mi lado. Te doy las gracias. Pero ahora, que miro todo a través de unos ojos diferentes, no distingo la realidad de la ficción.

No dejo de recordar las cosas una y otra vez, y revivir escenas de cosa que ya han pasado... Ahora las interpreto diferente.

Me siento un poco rara… Pero aquel día, cuando leí aquello, moriste para mí. No eres la persona que yo conocía, no eres la persona que creí conocer, y no sé porqué hiciste todo lo que hiciste.

Eras mi amigo. Yo jamás te vi ni te veré de otra manera. Un amigo, no hace lo que tú has hecho, porque ese tipo de cuestiones no han lugar en la amistad. No son necesarias.

No puedo perdonarte tampoco por algunas cosas que me han hecho daño. Me hiciste creer durante mucho tiempo, que algunas cosas eran culpa mía… El día que no estaba en mi casa porque había salido, y se supone que veníais a buscarme en coche para ir de fiesta de noche, el día que se supone que alguien vio cierta conversación por msn sobre cierto pastel que dije que iba a hacer Rita…

Me hiciste creer que todo aquello era cierto, para tener un subterfugio y evitar algunas presentaciones incómodas y, hoy por hoy, imposibles. Me hiciste creer tres o cuatro años que eso era tal cual. Y era mentira. A mí me dolía haber hecho esas cosas y haber causado problemas. Y tú, jamás dijiste nada. ¿Cómo pudiste?

Eras un modelo a seguir. Eras esa persona con la que, si alguien se metía, yo te denfendía a muerte. En tu mentira, al yo creerte, te elevé por encima de todas las cosas: mi familia, mis amigos, mis trabajos, mis parejas…

Te tenía envidia sana por tener todo aquello que yo no tenía y que tal vez, jamás iba a llegar a tener. Lloré mil veces pensando que no iba a llegar nunca a ningún lado… Como tú habías llegado. Me desesperaba pensar que iba a morirme cobrando dos mil euros al mes.

No puedo entenderte. No puedo entender muchas cosas que se han dicho. Mira que lo he intentado, pero no puedo.

Siempre pensé que, si alguna vez me faltabas, me iba a morir de la pena. Hoy me faltas, y me da lo mismo. Sigo adelante, sigo caminando. Como diría Bécquer: El muerto sigue en pie.

Pienso algunas veces en ti durante el día… Me vienen flashes uno tras otro, y es un bombardeo molesto. Encuentro terceras y cuartas lecturas en todo lo que ha pasado.

Sabes que no suelo arrepentirme de las cosas… Pero me da rabia, y sí, me arrepiento de haber hecho algunas cosas que de otra manera no habrían tenido lugar. Conoces cosas de mí que tal vez no tenías derecho a conocer, sabiendo lo que sé hoy por hoy.

En tu defensa, dijiste que las mentiras no nos afectaban… No lo veo así. Los días pasan y a más cavilo más crece mi rabia.

No me he molestado en llamarte, no me he molestado en escribirte, no me he molestado en buscarte y evito los sitios comunes.

También estoy enfadada con ellos, que lo sabían, y lo intuyeron todo este tiempo… Y nadie me dijo nada por temor a lo que pudiera pasar. Lo sabía incluso la mujer a la que más rabia le he tenido en esta vida, y tuvo que venir ella a consolarme por teléfono. ¿Te imaginas mi amargura? Incluso ella, lo sabía. Me muero ante la simple idea, que al mirarme me tenía lástima por mi fe ciega en tu persona. Es humillación pura.

Y en cuanto a lo de ellos... Lo acepto, porque antes que míos, eran amigos tuyos. Pero tampoco les perdono.

Me conoces, yo no olvido. Y esto sabes perfectamente que no va a ser la excepción. Y como me conoces tan bien, sabes perfectamente además, que cuando llego a este punto solo quiero romper con el pasado, tirarlo todo a la basura, borrarlo, y hacer ver que no existió. Así soy yo: lo que me hace daño, lo rompo.

Me siento traicionada, ¿sabes? Por la única persona que pensé que no lo iba a hacer jamás. Por esa persona que pensé que estaría ahí toda la vida.

Recuerdo una vez, que te dije que no me podía fiar ni de mi padre, y me dijiste que de hecho no me tenía que fiar de ti tampoco… Y te miré… Y te dije riéndome que eso ya era el recolmo. Que el día que no me pudiera fiar de ti, apaga y vámonos… ¿Qué jodido, no? Era cierto. Lo decías en serio. Y yo, imbécil de mí, no me di cuenta.

¿Grito de auxilio o advertencia para el futuro?

Todas esas cosas… Esos regalos que te hice y que eran para que se los entregaras a otras personas… Supongo que los tienes tú guardados… Todo este tiempo, los libros que te dejé para otras personas, los tenías tú… ¿De dónde salían los pasteles de chocolate?

Me da rabia… Recordar aquella vez que me hice la permanente, porque se me giró la pinza. Y me dijiste, si te tiñeras de rubio serías igual que ella. Ahora voy recordando cosas y las detesto. Yo elijo quien soy y cómo visto.

También recuerdo cuando se me dio por cambiar de forma de vestir… Y me decías siempre ella se vestía así…

Tengo la extraña sensación de que jugabas a Pigmalión y Galatea. Un tanto masoca, por eso, crear una Galatea que sabes que nunca va a estar contigo.

Pero lo que me da más rabia por encima de todo, es pensar que tal vez, y solo tal vez… Le hayas podido decir a tus padres que yo era tu pareja… Porque a fin de cuentas, era la única persona que veían con asiduidad que iba a recogerte… En mi demencia, se me ocurre que de ahí, quizás el que nunca nos cruzáramos a tu familia… Para no responder preguntas incómodas.

Y sinceramente te digo, que si esto fuera así, y ojalá no tenga razón… No querría verte la cara en MUCHO tiempo, donde “mucho” tiende a infinito. Porque me jodería lo indecible pensar que he sido todo este tiempo la pareja de alguien sin saberlo.

No sé dónde está el límite de las mentiras y las verdades… Pero no voy a perdonarte. No voy a olvidar nada de esto, y no creo que se me pase en un futuro próximo. Tú, que me conoces, sabes que ésta es de esas cosas, que hacen que me aparte de la gente sin dudar.

Alguna vez he pensado en llamarte… Pero ahora mismo no tengo nada que decirte. Y alguien me dijo una vez “ante la duda, no hagas nada”... Y nada hago.

3/01/2007

Redecora tu vida

Estoy encantada porque ya se empieza a notar la primavera en el ambiente, y hoy hace un día fantástico y maravilloso, muy soleado.

Parece que esta es una estación de cambios, porque desde que empezó enero, no dejo de hacer cosas nuevas, y modificar puntos de mi vida. Como los gusanos de seda, que en algún momento eclosionan y se vuelven mariposa (fea, pero mariposa al fin y al cabo, oiga).

La mayor parte de las cosas, han sido para mejor. Otras… Ya se verá.

Me he pasado los últimos años de mi vida, compartiendo la existencia con alguien, como si de un gemelo se tratara. Acostumbrada a pensar siempre con dos cabezas en vez de una, a verlo todo desde dos puntos de vista diferentes, y ahora por cosas de la vida, esto ha dejado de ser así.

Es una sensación curiosa. Es como haber tenido dos brazos, y de golpe y porrazo, quedarte sin uno de ellos.

Este cambio, creo que aunque súbito e imprevisible, hará que tenga que madurar en aspectos que quizá no había trabajado nunca. Por ejemplo, la seguridad en mí misma, en ciertas cuestiones.

Ahora que mi brazo izquierdo está off, y no sé cuándo volverá, me doy cuenta de lo mucho que me había apoyado en él, y lo dependiente que era, siempre mirando por su aprobación, e intentando sacar de él la seguridad que yo no tenía.

En ese camino, no me di cuenta de muchísimas cosas que hoy, resultan obvias. Llevo pensando mucho (cómo no), desde el domingo. Reviviendo recuerdos uno tras otro, para dejarlos encajar en un puzzle muy curioso. Y a la vez que encajan, pienso sobre lo que he hecho en estos años.

Muchas veces he llorado –también, “cómo no”- desesperada ante la perspectiva insoportable de no llegar a ser nadie en la vida. Aunque visto hoy es algo estúpido, porque primero tendría que definir que es “ser alguien en la vida” para mí.

Tenía a mi brazo izquierdo idealizado. Tan idealizado que cualquier comentario ofensivo era mutilar-matar-destruir. Era mi modelo. Ahora ese modelo no está, porque necesita unas buenas vacaciones, pero me ha dejado muchas cosas buenas /y algún mosqueo). Quienes pensaban que esto pasaría tarde o temprano, y que incluso Atlas se agota de llevar el mundo a su espalda, no me lo dijeron. Me dijeron que, de haberme insinuado que esto iba a pasar, no me lo hubiera creído de todas formas.

Tenían razón. No me lo hubiera creído.

La semana pasada, ajena a todo esto, me había apuntado al gimnasio, después de muchas tribulaciones. Había intentado dos veces en los últimos cuatro años hacer deporte, pero fueron intentos fallidos. En ambos casos, necesité ir con alguien más, porque sabía que si no, no iba a acudir.

La diferencia en esta ocasión, es que yo sola llegué a la conclusión de que quería ir, y que iba a ir sola. Hacer cosas sola no es tan malo. Y quizás, es necesario. Estoy demasiado acostumbrada a hacer las cosas con alguien siempre… Tengo que ver que puedo hacer algo por mí misma.

Así que fui, me apunté, y me cogí entrenador personal de paso, para los momentos de flaqueza. Treinta y cinco euros la hora, hace que te plantees no acudir un día.

¿Cómo llegué a la idea de que tenía que ir?

El verano pasado me entró una paranoia. Resulta que la parte de mi cuerpo que menos me gusta, son mis pies… Ya sé que son alucinaciones mías, pero… Y claro, a ver quien no se pone sandalias en verano… Así que decidí ir cada mes a la esteticien a que me hiciera la pedicura. Unos cuantos meses más tarde, puedo decir que estoy bastante contenta con el resultado.

Meses.

Lo hice porque pensé… Si ahora que tengo veintisiete años no me cuido… Cuando tenga cincuenta estaré hecha una piltrafa.

Va a hacer un año que trabajo con el horario de 08 a 20h. Tenía la espalda destrozada, las cervicales me dolían un montón. Si estoy así ahora… No llego a los cuarenta sin morirme.

Claro que también quiero volver a coger forma, mentiría si dijera que no… Pero lo principal es que nací en este cuerpo, y en él me moriré, porque no hay recambio. Conclusión: tengo que cuidar de este cuerpo lo mejor que pueda. Y eso, me llevó a la idea inevitable de hacer deporte.

No puede ser que me agote subiendo escaleras, corriendo cuarenta metros, y cosas así…

Y aunque me cuesta, lo hago.

Tengo la suerte (o la desgracia) de que cuando tomo una decisión tiro para adelante. Y como esta vez, ésta es mi decisión, sé que lo haré bien.

Lo que me daba más “cosa” era estar en el gimnasio y que todo el mundo viera que lo hacía mal al principio. Una estupidez, de hecho, porque la gente no está ahí para mirarme. Pero, incluso si ese fuera el caso, ¿qué más da?

Afortunadamente, mi horario me permite disfrutar de la actividad sin toparme con casi nadie, porque de 15 a 17h, es cuando hay menos personas en las instalaciones.

Esto también incluye aprender a nadar como dios manda. Mi entrenadora me dio ayer la primera clase… Y suerte que el deporte es salud, porque hoy tengo los hombros que me muero… Pero es en mi beneficio. Este ligero “dolor” muscular, me indica que mi cuerpo empieza a despertar al fin.

Y para reforzar mi decisión y autoconvencerme más, si cabe, llegué a otra conclusión: todo es ahorro. Por que, claro:


  • Como menos, luego gasto menos en comida, y engordo menos. Además, como en el gimnasio, por lo tanto, comida sana.

  • Estoy ocupada al mediodía, por lo que no estoy de compras en la Illa, y ahorro dinero.

  • Me ducho cada día en el gimnasio (salvo festivos que de momento no voy, porque me da palo venir desde casa aquí), así que no gasto tanta agua ni gas en casa.

Todo son ventajas.

También estoy intentando controlar mis impulsos volitivos. A veces, sin venir a cuento, me vienen ganas locas de engullir dulces o chocolate. Creo que es todo psicológico. Creo que es la forma que tiene mi diablo interior de decir: “tu cuerpo quema azucar”, y eso es que todo funciona como tiene que funcionar.

Así que esta mañana, cuando me asaltó la necesidad imperiosa de devorar un baklawa de chocolate, pensé en otras cosas, porque es todo un proceso mental. El baklawa, un pastelito, y el fin de semana si eso.

Para evitar esto, me compré unas de esas galletas ligeras de chocolate… Que bueno, no es lo mismo, pero mejor eso que nada.

Otra cosa que estoy intentando ahora es practicar la costumbre del ahorro.

Este mes he cobrado un poco más por el tema de incentivos, lo cual me permite ponerme al día con algunas facturas pendientes, básicamente el móvil.

Tengo por ahí aun el vale de 4x3 de Fnac sin usar… Y estuve a punto de comprarme algunos libros que realmente no es que me llamen mucho la atención… Y reaccioné.

Hay montones de cosas que adquiero, que no las necesito para nada. Y con mi sueldo debería poder vivir a la perfección, y ahorrando. Pero siempre ando comprando pijotadas.

Lo que tengo que pagar siempre es lo básico:



  • El alquiler

  • El trío de telefónica (tele, adsl, teléfono)

  • La luz

  • El gas

  • El móvil (tampoco es imprescindible)

  • Intermon (porque total, no me va de diez euros)

  • La cuota del WoW

  • La cuota de la universidad

  • La comida

  • Los intereses de la tarjeta, que a ver si la liquido de una condenada vez. Esto de las tarjetas es el peor invento del mundo… En cuanto la liquide, la rompo.

Así que todo el resto son caprichos. En los caprichos entra (véase que el Warcraft queda señalado como necesidad vital xD):



  • El tomo del mes de Nana

  • El tomo del mes de Érase una vez nosotros

  • El tomo del mes de Reloj de Arena

  • El par de libros y dvds de rigor del mes (este mes de momento, Esperanza del Venado y la peli de Contact)

Y a partir de ahí, toda la pasta que me funda, es en subnormalidades diversas. Por lo tanto, es ahorrable. Me gustaría llegar al mes que viene con algo de dinero ahorrado. Porque esta mañana me estaba analizando, y me doy cuenta que tengo una tendencia natural a gastar todo lo que gano. Y claro, cualquier día me veo en un apuro, y no hay tu tía.

No sé, pequeñas cosas que no habría pensado antes, y no sé cómo tuve un acceso de iluminación divina este mes, y me puse con ello.

Otro tema que tengo pendiente, es la universidad.

La verdad, estoy muy desencantada con ella… Me parece una tomadura de peli, que ralla la frontera con el timo, sinceramente. Ni enseñan lo que pensaba que iban a enseñar, ni las instalaciones son como cabe esperar, ni mis ganas son lo que deberían ser.

No tengo ganas ninguna de ir a clase a firmar un papel y que pasen la lista, y la verdad… Me aburre lo que me explican. Tengo que analizar de verdad, si vale la pena pasar por todo esto para llenar una línea de currículo.

A más tiempo pasa, más veo que es todo una patraña, y que ese título no va a valer nada. Es una carrera eminentemente práctica, mientras que las prácticas escasean; y conocimientos anticuados… Es como que hoy en día enseñaran Basic a un informático para incorporarlo en el mundo laboral…

Y si a eso le sumas, que me aburro estudiando eso y se me van las ganas, porque me he dado cuenta de que me importa un pedo… Me veo cómo va a acabar esto. De todas formas, como es una rabieta generada por una nota que considero injusta, esperaré unas semanas a ver si continúo pensando lo mismo.

Otra cosa que tengo que pulir de mí, es intentar que mi ego y mis narices interfieran lo mínimo en algunas cuestiones relevantes. Por ejemplo, si realmente me doy cuenta que no quiero estudiar esto, no seguir sólo “por mis narices”, y hacer algo que de verdad vaya a disfrutar.

Así que… Aquí estoy en plena redecoración.

Por otro lado, mientras venía caminando, estaba pensando en gente que redecora su vida de otra manera, un tango distinta de la mía.

Cuando iba al instituto, se puso de moda una nueva calificación, llamada MD.

A la par surgió la moda de indicar que significaba algo distinto según la asignatura de referencia:



  • Plástica: Mejor Dibujo

  • Gimnasia: Muy Deportivo

  • Genérico: Materia Dominada

En realidad significaba: Muy Deficiente.

Pero también hay otro tipo de MD: Mentira Dolorosa, que no se puede sujetar sin ahogarse en ella.

Cuando entré en el instituto las cosas cambiaron un poco respecto del colegio. La gente bebía, la gente fumaba, y la gente fumaba porros en el baño. Eso, en el mejor de los casos, en otros se metían cualquier tipo de mierda, y esnifaban pegamento.

Hubo un chico, de los que eran conocidos como el grupito popular, de esos que hay en todos los cursos y todos los institutos. En aquella época se llevaba el rollo rapper. Había un grupito de 4 personas, dos tíos y dos tías, ellas rubitas, ellos un rubio y un moreno. Nunca les vi nada de especial, pero algo tendrían que destilar que todo el mundo quería estar con ellos.

El rubio, acabó ingresado un año por su adicción al pegamento, y no quedó demasiado bien de la cabeza. Aunque bueno, visto lo visto, muy bien no tendría que estar para hacer lo que hizo.

Todos tenemos algo de tarados en nuestro haber. Cada uno a su manera.

Conocí dos chicas peculiares también, una que se vanagloriaba de haberse liado con más de cien tíos a los quince años. Tenía mucha… “Personalidad”. Vivía con todo pagado por los tíos con los que se liaba. Comida, ropa, gimnasio, salidas… En ese momento, cuando te lo cuentan como un logro, puedes alucinar… Pero si lo miras fríamente, se llama prostitución.

Ni idea de cómo acabó la chica, que dejó bachillerato en segundo.

En el instituto también conocí a otra chica más, lo cual no deja de ser peculiar, porque nunca me he llevado demasiado bien con las mujeres, pero como iba siempre con Montse para arriba y para abajo, y ella –a diferencia mía- sí tenía amigas, tuve la oportunidad de conocer algunas.

Esta chica era repetidora, estaba con nosotros en clase, y se la veía más despierta que a los demás. Me enteré que había repetido ya un par de veces.

Cuando llegamos a primero de bachillerato, todos los que teníamos en casa un ordenador teníamos instalado el Wordstar (qué tiempos aquellos). Entregábamos los trabajos mecanografiados o impresos en aquellas impresoras de aguja que hacían un ruido infernal.

Con aquello de “menos es más”, la muchacha aquella se dio cuenta de una trivialidad que no habíamos percibido los demás: Los profesores generaban las notas con Wordstar también. Y también imprimían las notas en impresora de agujas… La única diferencia es que el sello del instituto aparecía a pie de página.

Un buen día, estábamos todas en casa de una de ellas, después de la entrega de notas. La verdad, yo no me quejaba mucho.

Después del primer suspenso de mi vida, en matemáticas, ya sabía que eso de sacar notas inferiores a cinco existía. Y mis padres no me martirizaron en exceso con ello. Así que no me vi en la necesidad de mentirles nunca.

Pero la muchacha dijo… Vamos a falsificar mis notas… Y todas la miramos alucinadas… Y cuando le comentamos que no teníamos sello para ponérselo… Misteriosamente apareció el sello en su mano. Hurtado, claro, de la secretaría. Y ella, y la chica que vivía con todos los gastos pagados se falsificaron las notas.

Pero claro, la cosa era… ¿Y qué le vas a decir a tus padres?

La solución, algo rudimentaria, era decirles que había pasado a segundo, pero que segundo lo había repetido. Con lo que esperaba repetir primero, decirles a sus padres que estaba en segundo; y después decir que repetía segundo cuando en realidad acababa de llegar al curso.

Bueno, yo me quedé flipando, y no me cabía en la cabeza porqué esa necesidad de mentir.

Sobra decir que no llegó a superar nunca segundo, y se marchó del instituto. Tampoco sé qué fue de su vida. Igual que la chica del “todo pagado”. Me contaron que a esta última la vieron años más tarde, que se había reconducido, que había acabado sus estudios y que estaba bien. Ya es más de lo que se puede decir de mucha gente.

Pero lo que más me costó asimilar fue las mentiras. Se me antojaba tedioso tener que aguantar eso día tras día y recordar lo que le has dicho a tus padres para que no se enteren que dejaste el instituto, o estabas tripitiendo. Pensé que era algo que hacía poca gente.

Más tarde, cuando llegué a la Pompeu Fabra, conocí a un chaval, con el que nos llevábamos bien mi compañera y yo. El tío, normalito, ni guapo ni feo, también montó un lío parecido.

Recuerdo que yo era delegada de clase, y él no superó las materias necesarias para conseguir la permanencia en la facultad. Le conseguí una reunión con el director a la que no acudió.

Ahora que lo pienso, nunca sabré qué era verdad de lo que me dijo… Pero bueno. A sus padres les decía que estudiaba la carrera, nosotros no le veíamos en clase, pero un buen día nos lo cruzamos con un Mazda despampanante, azul, a la salida de una de las fiestas de la universidad en Torre Melina. Dijo que se lo había comprado y que lo estaba pagando…

El lunes siguiente le vi y le pregunté que cómo le había ido la reunión, fue cuando me comentó que no se presentó… Y yo poco más y lo estrangulo. Le dije que era tonto, que no pasaba nada, que la primera oportunidad siempre la conceden, que dijera que le había ido mal, que no se había centrado y vuelta a empezar… Era así de sencillo.

El me dijo que diría que sus padres estaban en paro y que él estaba trabajando, que el suyo era el único sueldo que entraba y tal, para dar más pena… Yo lo miraba incrédula pensando… Pero tú eres imbécil… Más que nada porque ante ago así, le iban a pedir papeleo que lo demostrara… Evidentemente, eso pasó, le pidieron comprobantes que demostraran que sus padres no trabajaban, y no pudo presentarlo.

Le expulsaron, y él dijo que haría ver en su casa que seguía estudiando y que les diría que se había diplomado. A más lo escuchaba, menos me podía creer lo que estaba oyendo…

Su gran plan de vida era, mentir tres años, esperar a que saliera la orla, falsificar su foto, y colgar la orla con su foto insertada en la pared, como trofeo de guerra.

Era totalmente demencial.

Y diría que nunca se molestó en sacarse el título, o que lo había extraviado y por eso no lo colgaba de la pared. Evidentemente, no ejercería nunca, pero tampoco era relevante porque… ¿Cuánta gente acaba la carrera y no trabajo nunca de lo suyo?

No podía creer lo que estaba viendo. Yo no me he visto en situación de mentir a ese calibre a nadie. No digo que no he dicho mentiras nunca, porque no sería cierto y hay que ser muy ingenuo para creerlo. Todos mentimos. Y más para conseguir lo que queremos. Pero hay que saber dónde parar.

Una cosa es mentir para hacer pellas, y otra mantener una mentira tres años, y después, el resto de tu vida. Porque una vez empiezas algo así, ya no puedes parar.

Hay quien redecora su vida, inventando una realidad alternativa… Tampoco lo entiendo muy bien… Pero el tiempo pasa, conoces a más gente y ves que es algo relativamente frecuente.

A la larga, aunque cuesta, la mayoría vuelven a la realidad.

Cuando caes en una de estas, también toca volver a empezar.